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DEPRESIÓN LABORAL
La Organización Mundial de la Salud, (OMS), pone en conocimiento algunos puntos, que son los que pueden poner en riesgo nuestra salud mental, son los siguientes:
- Muy poco, o ningún apoyo a los empleados.
- Políticas inadecuadas de seguridad.
- Horarios de trabajo muy estrictos.
- Falta de claridad en los objetivos organizativos.
- Una mala gestión y nula comunicación.
- Falta de poder de decisión por parte del trabajador.
- Ausencia de control en el área de trabajo del empleado.
Hay personas que pueden ser más propensas a desarrollar este trastorno y, como consecuencia, pedir la baja laboral, aunque no siempre se solicita, y no siempre se concede.
- Estado de ánimo: Tristeza, irritabilidad, abatimiento, infelicidad…
- Conductuales y motivacionales: Apatía, inhibición, anhedonia, falta de motivación, sentirse agitado…
- Síntomas físicos: Fatiga, trastornos del sueño, aumento o disminución del apetito, disminución del deseo sexual…
- Cognitivos: Memoria, velocidad mental, rendimiento alterado…
- Interpersonales: Problemas con las relaciones sociales, sensación de rechazo, o disminución del interés por los demás.
Además de estos síntomas, estos trabajadores pueden presentar otros efectos negativos, como puede ser la antipatía de sus compañeros de trabajo, ya que para intentar anular su sentimiento de culpa, o de inferioridad, desean «super-implicarse» en el trabajo. Además, suelen ser más conflictivos, cambiar rápidamente de actitud, ser más absentistas, o no involucrarse en su trabajo como lo solían hacer.