
Carlos Rodríguez Muñoz
Desde que inicié mis estudios en Psicología en 1995, dos grandes intereses han guiado mi trayectoria: por un lado, comprender al ser humano en profundidad, superando la superficialidad, y por otro, la convicción de que la psicoterapia es una herramienta eficaz para aliviar el sufrimiento.
Estos objetivos me llevaron a continuar formándome tras finalizar la carrera, con el propósito de entender mejor a mis pacientes y ayudarlos de manera más efectiva. Entre 2000 y 2005, mientras comenzaba a colaborar con la Asociación Nacional de Ayuda al Enfermo de Depresión y abría mi primera consulta, tuve la oportunidad de enriquecer mi formación con expertos reconocidos. Entre ellos, José María Pérez Millán, entonces Jefe de Psicología Clínica del Hospital Gregorio Marañón, con quien me formé en Psicodiagnóstico Clínico. Asimismo, cursé el título de Especialista Universitario en Clínica y Psicoterapia Psicoanalítica en la Universidad Pontificia de Comillas bajo la dirección de Hugo Bleichmar, así como Técnicas de Psicoterapia en el Centro de Estudios Psíquicos y el título de Experto en Psicoterapia Breve en la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología Médica.
Mi formación ha sido continua, asistiendo a múltiples congresos y manteniéndome actualizado mediante la lectura de obras relevantes del campo.
A lo largo de estos años, he visto cómo muchas personas en la consulta lograban aliviar su sufrimiento al comprender los mecanismos que lo mantenían. Esta toma de conciencia les otorgaba mayor libertad y les permitía tomar decisiones que mejoraban significativamente sus vidas.
Con el tiempo, nació en mí el deseo de transmitir los conocimientos adquiridos. Por ello, he ejercido como profesor del Prácticum para alumnos de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Nacional de Educación a Distancia y he sido ponente en cursos organizados por el Colegio Oficial de Psicólogos, la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología Médica, y el Instituto de Psicoterapia Relacional.
La combinación de estudios y experiencia profesional me ha permitido obtener el reconocimiento como experto psicoterapeuta por la FEAP (Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas) y la EFPA (Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos).
Estoy profundamente agradecido por las oportunidades que he tenido a lo largo de mi carrera. Cada experiencia ha estado guiada por mi búsqueda de comprender al ser humano y mi compromiso de contribuir a mitigar el sufrimiento, siempre con el deseo de ser útil y marcar una diferencia en la vida de las personas.
Cuando comencé mis estudios de psicología en 1995, había pasado un siglo desde el nacimiento de la psicología como ciencia, pero la necesidad del ser humano por descubrir más de sí mismo nos ha acompañado desde siempre. La juventud de la ciencia psicológica no debe estar reñida con la investigación, y ésta, nunca debe enemistarse con la búsqueda de nuevas soluciones e instrumentos para aliviar el sufrimiento humano que, por otro lado, es el objetivo de toda psicoterapia.
Tras licenciarme, tuve la oportunidad de estudiar con José María Pérez Millán, Jefe del Servicio de Psicología del Hospital Gregorio Marañón, quién me aportó un sólido conocimiento en el diagnóstico clínico, una manera
de entender la psicoterapia centrada en la tradición centro-europea, además de algo más importante, las ganas de seguir conociendo más sobre los entramados del cerebro y la conducta humana. A partir de ese momento comienza una carrera por formarme todo lo posible para tener un conocimiento más amplio del ser humano, dicha formación, así como mi práctica clínica me permitieron acreditarme como experto psicoterapeuta por la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos (EFPA).
Entre 2012 y 2015 alterno el desempeño de la psicoterapia a tiempo completo junto con la docencia, como Psicólogo colaborador de docencia práctica del departamento de personalidad, evaluación y trastornos psicológicos I, en el practicum de los alumnos de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, trasmitiéndoles todos los conocimientos que durante mi época de formación y práctica clínica he podido acumular, así cómo, lo que para mí es más importante: la honestidad, la seriedad profesional, el rigor científico y la continua formación académica en el trabajo como
psicoterapeuta.

La Neurociencia en el siglo XXI está comprometida con la investigación de las profundidades del cerebro humano y sin duda vamos a ser testigos de nuevos avances y descubrimientos. Por mi parte seguiré aprendiendo con la misma pasión que en los inicios de mi carrera profesional e implementar los nuevos conocimientos en mi práctica clínica para que mis pacientes puedan aliviar su sufrimiento, cumplan sus deseos o mejoren en sus vidas.