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LA IMPORTANCIA DE EXPLICAR LA MUERTE A LOS NIÑOS
La muerte es un hecho ineludible, que forma parte natural de la vida, pero normalmente, las personas, no sabemos cómo abordar con los niños la muerte de un ser querido.
Desde el momento en el que nacemos, existe la posibilidad de la muerte, pero lógicamente es algo que nos asusta y tememos, y poner palabras a este suceso resulta muy difícil, sobre todo si se lo tenemos que explicar a un niño, pero es importante que lo hagamos de la manera adecuada, disponiendo de recursos que nos ayuden a afrontar esta realidad.
¿PORQUÉ LOS ADULTOS NO LO HACEMOS NORMALMENTE DE LA MANERA CORRECTA?
Porque intentamos proteger a los niños, ocultamos, o terminamos dando explicaciones erróneas que solo nos van a llevar a crear una confusión mayor al niño, tendeos a pensar que así les ahorramos sufrimiento, pero es justo lo contrario, solo conseguimos apartarlos de un evento que es fundamental en sus vidas, además de que es imposible evitarles el dolor.
Si los niños crecen sin exponerse al dolor, a la larga serán más propensos a la frustración, y cuándo lleguen la edad adulta, no tendrán las herramientas suficientes, ni las habilidades necesarias, para enfrentarse a los problemas de la vida.
Entonces nos surgen un montón de dudas; “¿Cómo se lo cuento? ¿Entienden lo que es la muerte? ¿Es mejor que sepa o que no sepa? ¿Los
niños están en duelo? ¿Le traumatizaré?…pero no podemos esconder la cabeza, y debemos ofrecer una atención de calidad, con confianza y decisión. De nuestra explicación de la muerte en el primer duelo de un niño, dependerán las demás experiencias de pérdida que sufrirán en su vida, de ahí la importancia de hacerlo bien.
EL LENGUAJE ES IMPORTANTE
El principal problema que nos encontramos, al hablar de la muerte con un niño, es el lenguaje, palabras como; muerto, moribundo, enfermedad terminal, nos impresionan, y las intentamos sustituir, por expresiones que nos resultan más amables, pero que alejan de la realidad de la muerte, utilizamos: “se fue” “ya ha descansado” “Nos ha dejado” “Ahora es una estrella del cielo” “Ahora está en un lugar mejor” y un sinfín de eufemismos que lejos de abordar la muerte como algo natural, no hace otra cosa que confundir completamente a los niños.
Lamentable, vivimos en una cultura que aleja, o bloquea el sufrimiento, algo que no ocurre en otras culturas, donde la muerte es un acontecimiento familiar y social, como parte de la vida cotidiana.
Tendemos a pensar que un niño no va a poder soportar la realidad de la muerte, pero tenemos que ser conscientes, de que la pérdida es mucho más intensa en los adultos, por muchos factores, como los vínculos que creamos, o la cercanía a la misma, por lo que no van a sufrir el mismo impacto que nosotros.
LOS PRINCIPALES PROBLEMAS PARA ABORDAR LA MUERTE CON LOS NIÑOS:
- Se ha perdido la naturalidad de la muerte, y el saber implícito que generaba.
- En nuestra cultura, la muerte es un tema tabú, del que la gente prefiere no hablar.
- La muerte nos genera mucha angustia, y optamos por proteger a los niños de ello.
- Alejamos el sufrimiento de los niños, y con ello, les impedimos que desarrollen habilidades de afrontamiento.
- Trasmitimos al niño, de forma errónea, que todo está a su alcance, si quieres puedes.
- Las escuelas de nuestros país, aunque es un tema que ya empieza a abordarse, aún no tienen recursos para afrontar la muerte en las aulas, y trabajar sobre ello.
CLAVES PARA EXPLICAR LA MUERTE A LOS NIÑOS
Es muy importante poder hablar con los niños de la muerte cuándo sucede, el hecho de no hacerlo, supone, que muchas de las ideas que los niños tienen se formen a partir de datos sueltos, cosas que oyen sobre el tema y que ellos completan con su imaginación. No es bueno que el pequeño elaborar su propio concepto de la muerte, sino lo que realmente es. La comprensión de la muerte, es lo que hace que el niño pueda adaptarse a la nueva situación y avanzar, y es importante que comprendan que:
- Lo que muere, no vive más.
- Evitar metáforas como “se fue” “una vida mejor” “está”…
- No es algo temporal, es definitivo e irreversible.
- Entender que: “Ya no vamos a ver más a esa persona”.
UNIVERSALIDAD:
- Tenemos que tener cuidad con las respuestas rotundas.
- Usas la postergación con los más pequeños.
- Si sabemos que la muerte no se puede evitar a corto o largo plazo, ir introduciéndoles gradualmente.
- Que entiendan que la muerte es natural en el ser humano, que todos vamos a morir sin que les genere angustia.
- Las causas son físicas, y hay que explicarlas.
- Hay que entender la muerte físicas, para introducir las creencias religiosas.
- No depende de la bondad ni la maldad de cada uno.
- Cuándo sintamos que el niño lo comprende, apelamos a la memoria y al recuerdo.
QUIÉN, CÓMO Y CUÁNDO TRANSMITIR LA NOTICIA
Debemos hacerlo según la lógica, y transmitiendo siempre la verdad, sin mentiras ni detalles que “edulcoren” lo ocurrido.
La noticia la debe de dar una persona muy cercana al niño y querida por él, y lo antes posible, a ser posible, de manera inmediata, sobre todo si la persona que ha fallecido es una persona muy cercana a ellos, eligiendo un lugar íntimo, que esté alejado de posibles interrupciones.
La persona elegida, debe transmitir la noticia al niño de manera calmada, y sin situaciones desbordantes o explosiones emocionales que puedan asustarles, favoreciendo el diálogo, para que el niño se sienta libre de preguntar.
Por más dura que sea la muerte, es importante que afrontemos la verdad, para evitar que un futuro el niño se sienta engañado, que confíe en nosotros y que desde el principio se sienta parte del proceso. Adaptamos la verdad al desarrollo cognitivo de cada niño.
EL DUELO DE LOS NIÑOS
Debemos de tener en cuenta, que el duelo de los niños, se ve influenciado por varios factores, como pueden ser la edad del niño, el tipo de relación que mantenía con la persona fallecida, los recursos externos de los que disponga para su atención, y los recursos internos, como haya afrontado anteriormente otros problemas, dificultades o pérdidas.
Tenemos que recordar también, que el duelo es un proceso, y que tanto en adultos como en niños necesita tiempo, que tiene altibajos, y que es un proceso normal, no una enfermedad ni un trastorno, además de ser único, no hay un duelo igual a otro.
DIFERENCIAS ENTRE EL DUELO INFANTIL Y EL ADULTO:
- El ritmo: La primera diferencia que nos encontramos, es que la difícilmente la vida del niño se ve interrumpida por el duelo. La vida del niño es muy dinámica, llena de actividades de las que no se puede renunciar, por lo que el duelo, no es habitual, que implique una ruptura con la realidad, como suele ocurrir con los adultos.
- La duración: Los niños, elaboran el duelo más rápidamente que los adultos, precisamente por lo que comentábamos en el apartado anterior, la vida de los niños, está perfectamente encajada con una secuencia de la que no suelen desencajarse, si lo hicieran, las consecuencias serían más complejas que las de un adulto.
- La rutina: Mantener las rutinas en el duelo de un niño, normalmente le favorece, mientras que en un adulto, la sensación es de hacer como si la muerte del ser querido no hubiera tenido lugar.
- Las emociones: En el duelo de un adulto, la persona suele experimentar una serie de emociones, que el niño no tiene porqué sentir de manera inmediata, incluso nunca, no quiere decir que no pase por un duelo, simplemente que para el niño, la pérdida no tiene porqué estar asociada al mismo sufrimiento, sobre todo si en su vida dispone de una estabilidad. El adulto le da a la pérdida un aspecto más global, mientras que los niños lo hacen de una manera más concreta, es decir, a lo suyo.
- El apoyo: Los apoyos familiares y sociales son imprescindibles para el duelo de los niños, mientras que para los adultos no tanto.
- Creencias erróneas: Los niños no son conscientes de lo que están viviendo, ocultarles el dolor les hace más felices, los funerales o los tanatorios pueden traumatizarles, hay muertes peores que otras, el duelo dura más o menos un año, el tiempo lo cura todo.
AYUDA PSICOLÓGICA
Aunque es un proceso natural, como todo proceso puede complicarse, si no sigue el curso esperado, e interfiere en el funcionamiento de la persona, y/o aparecen conductas prolongadas en el tiempo, como ira, agresividad, aislamiento, ansiedad, somatizaciones, bajadas de rendimiento académico, problemas de memoria, miedos, no sentir nada… se debe de solicitar la ayuda de un profesional. En Psicólogos Fhd, podemos ayudarte, no dudes en consultarnos.
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