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noviembre 20, 2024Sabes que escuchar, en general crea conexiones con la persona a la que escuchas sus inquietudes o sus problemas, pero en ocasiones, también puede ser contraproducente y provocar un agotamiento emocional.
Las conversaciones, son calles de doble sentido, hablamos y escuchamos, y está comprobado que el acto de escuchar es muy efectivo, genera intimidad, confianza, fortalece el vínculo social, y amplia profundamente nuestra comprensión del mundo que nos rodea, por lo tanto, no es de extrañan, que lo relacionemos con algo positivo, incluso que enseñemos a nuestros niños a escuchar. Es algo bueno, pero como todo, puede tener su lado negativo. Te lo contamos.
Ser un buen oyente parece fácil, pero no le es, además puede convertirse en algo agotador emocionalmente, sobre todo si la persona a la que estás escuchando comparte un gran dolor, o una gran frustración contigo. Las emociones son contagiosas.
¿POR QUÉ SUCEDE ESTO?
Este fenómeno, conocido como «fatiga por compasión» es más común entre los profesionales que por su trabajo, escuchan de forma habitual emociones negativas, cómo psicólogos, médicos, trabajadores sociales o profesores, pero también puede darse en personas que no ejercen como tal, porque todos somos padres, hermanos, parejas, o hijos de alguien, que en muchas situaciones de la vida tenemos que escuchar.
Vivimos en un mundo en el que estamos continuamente conectados, y en el que se espera que estemos siempre ahí, al pie del cañón para los demás, por ello, debemos ser conscientes del coste emocional que esto puede provocarnos.
¿QUE PODEMOS HACER PARA EVITAR EL AGOTAMIENTO?
- En primer lugar, es importante que escuches sin estar planificando tu respuesta, así el hablante, se sentirá totalmente escuchado.
- En segundo lugar, y también muy importante, es ser conscientes de que a veces, con el simple hecho de escuchar ya es suficiente, y no debemos sentirnos obligados a solucionar su problema ni ha dar ningún consejo, a no ser que nos lo pidan expresamente.
- Escuchar, aunque no se tomen medidas, ya es sanador.
- Y por último, también tenemos que tener claro, que parafrasear es útil en algunas ocasiones, pero en situaciones, sobre todo en las más dolorosas, parafrasear puede que sólo consiga profundizar su dolor.
En resumen, si bien escuchar es una de las herramientas más poderosas que tenemos para conectar con los demás, como decimos es bueno saber que puede llegar a tener un coste emocional, la clave es encontrar un equilibrio, y ser conscientes de la medida en el que tenemos que involucrarnos y saber cuándo tenemos que dar un paso atrás para proteger nuestro propio bien estar.
Dominar el arte de escuchar es un don, pero como todo don, tiene su responsabilidad, sobre todo con nosotros mismos, para lograr así fomentar relaciones sanas y más profundas con quienes más nos importan.