
El apego en las relaciones de pareja
marzo 5, 2025Erich Fromm no solo fue un destacado psicoanalista, sino también un influyente pensador y humanista. En su obra “Ética y psicoanálisis”, analiza los fundamentos del amor y destaca cuatro elementos esenciales que, según él, están presentes en todas sus formas: el cuidado, la responsabilidad, el conocimiento y el respeto.
Aunque la intensidad y naturaleza del amor pueden variar —ya sea el amor hacia un hijo, un amigo o una pareja— estos cuatro principios son constantes en lo que Fromm denomina «amor productivo».
El cuidado y la responsabilidad: más allá de la pasión
Fromm diferencia el amor verdadero de una simple emoción pasajera. Para él, el amor no es una experiencia pasiva, sino una actividad. Su esencia radica en trabajar por el bienestar del otro y contribuir a su crecimiento. En sus palabras:
«Se ama aquello por lo que se trabaja, y se trabaja por aquello que se ama.»
La responsabilidad, lejos de ser una obligación impuesta, surge como una respuesta natural a la conexión con el otro. Su raíz etimológica, «respondere» (responder), refuerza esta idea: amar implica estar dispuesto a responder a las necesidades del ser amado.
Un claro ejemplo de este amor productivo es el amor materno. Desde la gestación, el cuerpo de la madre trabaja para nutrir al bebé, y después del nacimiento, su esfuerzo continúa para asegurar el desarrollo del niño. Este amor es incondicional y se basa en la respuesta activa a las necesidades del hijo.
Amor de pareja: más que enamoramiento
En el amor romántico, los componentes de cuidado y responsabilidad no siempre son evidentes. Fromm señala que la sociedad tiende a confundir el enamoramiento con la culminación del amor, cuando en realidad es solo el punto de partida. La atracción inicial, motivada por la soledad o el deseo, no garantiza un amor duradero.
Para que el amor perdure, es fundamental cuidar del otro y asumir una responsabilidad genuina por su bienestar, su crecimiento personal y el desarrollo de sus potencialidades.
El respeto y el conocimiento: pilares contra la posesión
Sin respeto y conocimiento, el amor corre el riesgo de convertirse en dominio o posesión. Para Fromm, el respeto implica reconocer a la otra persona tal como es, sin intentar moldearla según nuestras expectativas. Sin un conocimiento profundo del otro, el respeto no puede existir.
Como él mismo afirma:
«El cuidado y la responsabilidad serían ciegos si no estuvieran guiados por el conocimiento de la individualidad de la persona.»
Conclusión
El amor, según Fromm, es una práctica activa que requiere esfuerzo y compromiso. Solo a través del cuidado, la responsabilidad, el respeto y el conocimiento es posible construir relaciones profundas y significativas.