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marzo 5, 2025La pérdida de un ser querido es una de las experiencias más dolorosas que podemos atravesar. En los primeros momentos, el dolor puede parecer insoportable, y es común sentir que nunca nos recuperaremos. También experimentamos una sensación de irrealidad, como si lo sucedido no pudiera ser cierto.
En este artículo, más allá de las conocidas fases del duelo que se mencionan con frecuencia, queremos ofrecer una perspectiva más humana. Nuestro objetivo es comprender por qué sentimos ciertas emociones y transmitir un mensaje clave: el duelo es un proceso con un final. No dura para siempre ni es infinito.
Emociones Comunes Durante el Duelo
El duelo no es lineal y puede traer consigo una variedad de emociones complejas, como tristeza, incredulidad, bloqueo emocional, culpa, rabia y desinterés por el entorno. Comprender el origen de cada una puede ayudar a gestionarlas mejor.
Tristeza: La respuesta natural a la pérdida
La tristeza es la emoción más evidente. Lamentamos la pérdida tanto por nosotros mismos como por la persona que ha fallecido. Es una reacción natural y necesaria para procesar la ausencia.
Incredulidad: Un mecanismo de defensa y aprendizaje
La incredulidad tiene dos raíces principales. Por un lado, es un mecanismo de defensa que nos ayuda a sobrellevar el impacto emocional, permitiéndonos procesar el dolor gradualmente. Aunque sepamos consciente y racionalmente que la persona ha , podemos sorprendernos a punto de llamarla o creer verla en la calle.
Por otro lado, desde la infancia aprendemos que las personas van y vuelven. Un bebé se angustia al perder de vista a su madre porque cree que lo que desaparece de su vista desaparece para siempre, pero poco a poco vamos aprendiendo que las personas se van pero luego vuelven. Por eso cuando alguien muere, una parte de nosotros sigue esperando su regreso, lo que dificulta aceptar la realidad de la pérdida.
Bloqueo emocional: Protección ante el sufrimiento
El bloqueo emocional es otra respuesta automática para reducir el impacto del dolor. Es similar a un interruptor que «desconecta» temporalmente nuestras emociones para evitar que el sufrimiento nos abrume.
Culpa: Una emoción compleja
Incluso cuando sabemos que no tuvimos responsabilidad en la pérdida, es común sentir culpa. Esta emoción suele manifestarse de dos maneras:
- Culpa defensiva: Intentamos encontrar señales que “deberíamos haber visto” o pensar que podríamos haber hecho algo para evitar la pérdida. Es una forma de buscar control en un mundo que a veces es impredecible.
- Culpa por seguir adelante: A medida que el dolor disminuye, podemos sentir que disfrutar de momentos felices es una traición a quien hemos perdido. Esto ocurre porque una parte de nosotrod busca una solución imposible: recuperar a la persona, y cualquier distracción de ese «objetivo» parece inadecuada.
Rabia: La energía de lo imposible
La rabia es una forma de agresividad que surge del sufrimiento. Nuestro organismo genera energía para cambiar aquello que nos duele, pero en el caso del duelo, el cambio no es posible. Esa energía se transforma en ira, que a veces incluso dirigimos hacia la persona fallecida por habernos «dejado».
Desinterés por el mundo: Una desconexión emocional
La combinación del bloqueo emocional, la culpa y la rabia puede hacer que perdamos el interés por lo que nos rodea. Nos cuesta involucrarnos en la vida diaria porque, en parte, sentimos que no tiene sentido sin la persona que hemos perdido.
¿Qué Significa Superar el Duelo?
Superar el duelo no significa olvidar a la persona fallecida, sino integrar su recuerdo de una manera que nos permita seguir adelante. Algunos indicadores de que hemos elaborado el duelo incluyen:
- Recuperar el sentido de la vida, aunque sea diferente al que teníamos antes.
- Recordar a la persona sin que el dolor empañe cada memoria. Un signo positivo es poder reír con una anécdota divertida que vivimos con esa persona sin sentirnos tristes inmediatamente después.
¿Cómo Afrontar el Duelo de Manera Saludable?
- Acepta tus emociones: Es normal sentir dolor, confusión o incredulidad. No te juzgues por lo que sientes.
- Rodéate de apoyo: Buscar la compañía de seres queridos ayuda a sentirse comprendido y acompañado en el proceso.
- Consulta a un profesional si es necesario: Si, tras varios meses, sientes que tu estado emocional no mejora y el duelo se vuelve incapacitante, un psicólogo especializado puede ayudarte a avanzar en el proceso.
El duelo es un camino personal, pero no tienes que recorrerlo solo. Con el tiempo y el apoyo adecuado, es posible recuperarse y encontrar un nuevo equilibrio en la vida.
En Psicólogos Fhd hemos ayudado a muchas personas a reconectar plenamente con su vida después de una pérdida importante.